Odio






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¿Quién pudiese calmar la ira envenenada por el carcomer de los malos actos?

Engendrar la insolencia como un capullo que germina en el interior, devorando vorazmente entre los rincones empolvados de memorias y tiempos olvidados
Ser producto de la corrupción mas impura del alma, quemando allí como mil soles
encubar el dolor profundo anidándose a diario, como si se deslizara por el cuerpo y arrancara poco a poco la calma
Los graznidos tratando de salir de la inocencia de una mente que omitió el rencor en lo que había recorrido un hombre en su temprana vida
El crujir de la tempestad arrasando hasta olvidar quien era sin entender los signos de alarma que se avecinarían
Síntomas del desenfreno y la locura 
A un subyacente paso de contemplar los designios de la inevitable venganza
El descontrol trayendo infamias y pensamientos corrosivos palpitando en funestos valles de perturbadoras alabanzas
Se alzan egregores infernales invocados por la bestia mortífera que no conoce la razón y transita sin el objeto aparente ni retribución
Solo un ser atrapado por la mas nostálgica negación a la tranquilidad, olvidando lo que significa la serenidad
Haciendo un vacío en todo un mundo que tiembla por el abuso de del dolor y la necedad
Una traición, un amor maldecido desde la más profunda infamia, el desgarro que arranca la carne 
desdicha que prolifera  en tierra muerta, desangrando las huestes de una tierra maldita solo para evacuar cualquier signo de vida y permitir un vacío gigante en el pecho

Que quedará de esa intranquilidad que despierta cuando abrimos los ojos, la inquietud de algo que de nuestras manos se desborda y nos pica como si fueran cuervos 
Cual será el fin si no le damos un sentido, a una sinfonía que en cada suspiro nos   quita un latido
Como no corresponder al sentimiento que nos deja la ira, si de ella no podemos siquiera encontrar un punto de partida
Sera una lección sufrir en cada instante de la vida? que cada intento de felicidad sea un rebote en un juego que nunca termina      

Pero que sería de las emociones si el odio no existiera, un saco de sentimientos que se posan sobre nuestra cabeza sin lección ni maestría
Que sería de la vida si el odio no es un motor el cual nos acobija, sin filtro ni muros, un dolor que solo abraza
pero el odio es una llama que parece que jamás es extinta.

 

 

 

 

 

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