En el dormitar de mis emociones encuentro la calma del control absoluto sin importar las intenciones, un prefacio a la vida que nos condena a dejarnos llevar por especulaciones, a un incesante llamado a despojarnos sin importar las distorsiones. he imaginado un velo inmaculado aberrando y profanando esas ilusiones; un tormento herético que clama por la reverberación de mi alma ensangrentada por el fuego purificador de la consciencia infinita, acoplándome a prohibidas premoniciones.
Soy la bestia que castiga el divino cuerpo de la luz falsa, un torrente arcano
que colma la desdicha con la incomodad de la verdad absoluta, la verdad que
traga universos enteros sobre los fractales fragmentados del espacio como
gloria perpetua y victoria advertida.
Ya no recuerdo cuanto tiempo ha
pasado desde que he empezado esta travesía, mis manos heladas en el hedor de
una ciudad marchita; cada día mas se entumecían; los atardeceres hostiles y el
café amargo cada día mas solo me hacían , y el calor extraño de sombras que se posaban
en las repisas de mi dormitorio eran mi única compañía
Ya no recuerdo el día que vi mi reflejo intacto entre los vidrios que me
codician, cada vez que los observo se hacia mas grande la entrada a un mundo de
veneno que me llamaba con prisa; las voces no callan por mas que mis oídos se
cierren, las paredes me hablan, me dicen que nadie me detiene , que salte al
vacío que es lo que todos quieren.
Me encuentro fuera de la realidad por que realidad ya no se si he vivido , se distorsiona el mundo que alguna vez he recorrido, me pierdo entre las multitudes mientras caigo en un placer ficticio, un cascabel me despierta si es que despertar es lo que he sentido
Huyo ferozmente de esta jaula convertida en un infierno en carne y cuerpo , de tiempo para acá ya nunca estoy tranquilo, hablar con las ilusiones que se asemejan a mis versos incoherentes , contradecirme en mis interacciones, queriendo dejar mi cuerpo ausente sería un alivio
un diagnostico grave con serios problemas en mi mente, los gritos en las noches son vestigios de un error frecuente.
Quien podría darle calma al desasosiego inminente, una desafortunada obra
teatral donde el personaje principal es un completo demente, un esquizofrénico
sujeto que no puede ser consciente que sus mas profundas pesadillas consumen lo
inconsciente, un desahuciado mental que a gritos busca romperse; como reparar
el daño si ya estoy siendo arrastrado por gritos insolentes, se rasga la brecha
del otro lado sin saber quién soy realmente.
Comentarios
Publicar un comentario