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Como poder explicar cuando el corazón arde con la fuerza de mil soles y que su majestuosa presencia rompe el silencio y el ruido al mismo tiempo, poderosa e inquebrantable potestad del ser, revolucionando los albores en el crepúsculo en todas las ventanas del alma, irradiando inconmensurablemente la vida con un llanto de angustia sublime ;un llanto de poder fulminante y agresivo como una espada flamígera cortando la tempestad intrusa a flor de piel, incubando los más eterno en el alba de las tradiciones del hombre , trascendiendo e inmortalizando su luz intangible , la luz con la que nació el universo más allá de la tierra y su infinidad en las estrellas ...
esa luz voraz fue opacada, engullida por la bestia de la traición a la
humanidad entera, aplacando su deificación inminente , tal vez por obra del
destino mismo , sentenciados a la miseria absoluta, sumidos a la más gris de
las paradas en el tren de la obsolencia absoluta.
Constelaciones fugaces atraviesan mis ojos, una muerte a la
subsistencia de los arroyos frágiles de la consciencia, un interminable rio de
aguas grises flotan bajo mi mente, esperando el día que el eclipse consuma como
un agujero negro la perversidad y la agonía como la memoria y su insuficiencia
maldita; despertar del maya y comprender que la existencia es un vacío
inacabado de nuestras construcciones permeables por el consumo de basura
alimentada a nuestros sentires frágiles, fragiles e incontrolables ¿y cómo
contenerse a ello si ya hacemos parte de la esclavitud de nuestras propias
necesidades?
Orquesta de lamentos son sentenciados por los nuevos hijos de
la abundancia mortal, aquellos que sin nombre nos regalaron el presente de la
muerte lenta sin darnos cuenta, enseñándonos la mentira en una necedad
individualista condenándonos a una enfermedad incurable, arrollados una y otra
vez hacia el pozo profundo de la ignorancia.
Albergan mis pesares en este extenso circulo interminable que se desprende de mi conciencia herida, un estallido de emociones que me conducen a una amargura indebida; pero como huir de ella si soy el producto de cada uno de los nombres que se le dieron a todas las penas que se clavaron en la dulzura de mi infancia hasta hacerme lo que soy hoy en dia.
Ya no soy yo sino soy un numero en un mundo em el cual no
debí haber nacido, mi futuro se condensaba en la lejanía sin nombres a la cual
proclamé en otras vidas, soy un codigo mas creyéndome producto de una insolente
rebeldía, pero que es la rebeldía siendo la ficha de un tablero de ajedrez, y
tal vez la ficha numero seiscientos entre mil fichas. Gritando a los mil
vientos con la piel de gallina , pero con que boca si la mía se encuentra más
que cocida; en este funesto romance que baila dramáticamente bajo los labios de
una matriz que te dice que hacer mientras tú le llamas autonomía.
Nada es casualidad y todo pasa por algo en esta novela
maldita, porque mientras tu le llamas destino alguien marca tus pasos como una
cifra en esta partida, nadie camina más lento porque lo quiera sin que alguien
sepa el camino que transitas, y mientras buscas la libertad bajo tu mente allí habrá
un ojo que todo lo mira; un virus implacable que entre más envejeces más te
contamina.
Danza como si jamás hubieras danzado en tu vida, que se
acelere tu corazón mientras no veas tu propia agonía , traza el borde de tu
cama para que creas que no caes cuándo te levantes y no veas tus pies o tu
cabeza sobre la almohadilla , la decadencia es el siguiente paso y si caes sin
notarlo será más fácil así cierres tus cortinas, porque el sueño que creaste
solo es producto del sueño de alguien más produciendo tu vida.
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